Las medidas restrictivas para evitar la propagación del COVID llaman a distintos sectores de la sociedad a expresarse en tanto impactan en la vida cotidiana y especialmente en el ámbito escolar afectando el régimen de presencialidad. Esto genera rechazos en diversos sectores de la sociedad.
En este marco creemos necesario ratificar con firmeza la postura que viene sosteniendo nuestra organización gremial: la decisión sobre la presencialidad o la educación no presencial es una potestad exclusiva del Estado. Ni los sindicatos ni la docencia determinan medidas que impliquen aperturas o cierres de colegios o modalidades de dictado de clases.
Es por eso que es importante ratificar que es FALSO que la docencia privada o SADOP como su sindicato representativo SE OPONE a la PRESENCIALIDAD. Nunca ha sido una postura institucional ni una demanda colectiva. Siempre hemos sostenido una actitud colaborativa con el sistema educativo. Por caso en junio de 2020 presentamos el primer protocolo marco para el retorno a la presencialidad, que fue la base de los protocolos que en diciembre del mismo año, en acuerdo con las entidades propietarias, facilitaron los encuentros presenciales de cierre de año. Durante todo el mes de enero se trabajó en medidas que permitieran la reapertura de escuelas en febrero 2021. Durante el presente ciclo lectivo no hubo medidas de fuerza, ni acciones gremiales que afecten el dictado de clases. Por el contrario fue el reclamo sindical el que contra la voluntad expresa del Ministerio que se logró revertir la decisión gubernamental de no sostener vínculos “ni siquiera a distancia” durante el mes de mayo 2021.
Todas las acciones de la docencia y el sindicato son claras muestras de compromiso con la vinculación pedagógica con el alumnado. Es por eso injusto y falso acusar a la docencia de obstruir u oponerse a dictar clases o a trabajar. Son lugares comunes donde se descarga la responsabilidad de las decisiones de gobierno en la espalda de quienes ponen el cuerpo todos los días a la educación.
La docencia es la cara visible de la escuela pero no es responsable de las decisiones que se toman sobre el sistema educativo. Sin embargo, siempre hemos sido un colectivo respetuoso de las decisiones sanitarias que toman las autoridades competentes para el cuidado de la salud pública.
Creemos que educar con el ejemplo en el respeto de las disposiciones vigentes es una obligación vocacional, profesional y formativa para con nuestro alumnado. ¿Se puede entender el cumplimiento de las normas como una “negativa a enseñar”? Todo lo contrario.
Sabemos que compartimos con la mayoría de las familias de nuestra provincia nuestro deseo ferviente de tener la mejor educación posible para todos los santafesinos y santafesinas en edad escolar.
El formato y las decisiones para que eso suceda dependen del Estado. Esperamos que el Ministerio de Educación exprese de manera concreta, previsible y precisa sus planes para la continuidad educativa.
Nuestras infancias, adolescencias, familias y la docencia necesitamos certezas que solo pueden venir de decisiones del Estado.