Malestar docente por las condiciones para dar clases de manera remota
Una encuesta detectó que deben someterse a la modalidad de trabajo de varias instituciones y que cumplen más horas que las habituales. Un relevamiento realizado por el Sindicato Argentino de Docentes Privados (Sadop), entre los docentes de escuelas privadas de todo el país, deja ver el alto porcentaje que sufre complicaciones de salud, tiene dificultades de adaptación a las nuevas condiciones de trabajo y padece sobrecarga laboral durante el período de aislamiento social preventivo y obligatorio.
La encuesta se realizó a 8.000 trabajadores de la educación privada desde Sadop y permitió cuantificar lo que los trabajadores muchas veces creen que es algo particular. "El encierro y la adaptación a los tiempos y condiciones impuestos por la pandemia no son ni fueron fáciles. Saber que el 74 por ciento de los docentes combina el trabajo con el cuidado de niños, niñas, adultos mayores o enfermos es hablar de un sometimiento a condiciones agobiantes", detalló el secretario general de Sadop Rosario, Martín Lucero.
Como condición de agravamiento, a ello se suma que el 47 por ciento de los encuestados trabaja más horas que las habituales y un sector aún más afectado es que un 44 por ciento no logra desconectarse. Esta situación a su vez tiene origen en que la mitad tiene más de tres cursos a cargo.
En diversas ocasiones, Sadop denunció la situación de los docentes denominados "taxis" que itineran entre varios establecimientos. La encuesta deja como aporte que casi un 40 por ciento de ellos trabaja en tres colegios, lo cual en pandemia implica adaptarse a las condiciones de trabajo en lo que respecta a plataforma, evaluación y distribución de actividades, las que impuestas por cada establecimiento.
En este sentido el dirigente gremial destaca dos cosas; por un lado que "el sistema de clases no presenciales sin ningún tipo de reglamentos o controles del estado afecta la salud docente con una carga laboral desproporcionada con disponibilidad full time" y por el otro que "todos los costos extras derivados del trabajo en casa como servicios de telefonía, internet, insumos, cadeterías, pago de abonos a sistemas de conferencias, son a cargo del docente y a costa de su salario".
El condicionamiento del pago de la cuota a la prestación del servicio educativo fue determinante para que se diera "excesiva demanda laboral de algunos colegios. Paradójicamente creen que por mandar más trabajos a las casas van a lograr un mayor pago de cuotas. En resultados concretos, lo único que logra esta idea es saturar más a padres, alumnos y docentes".
Entienden desde el sindicato que en este contexto, el Ministerio de Educación de Santa Fe "ha perdido el gobierno del sistema educativo. Solo dicta pautas aisladas y hasta contradictorias. Es un panorama anárquico donde cada uno hace lo que quiere".
Las dolencias físicas también aparecen como una consecuencia de la sobrecarga y las condiciones laborales: el 77 por ciento sufrió problemas digestivos, el 85 por ciento tuvo dolores de cabeza o migraña, el 88 por ciento sintió angustia o ansiedad, el 89 por ciento tuvo dificultades para dormir así como tensiones, molestias o irritabilidad. Todo, a pocos días de cumplir los dos meses de la suspensión de clases.
Esto también tiene una lectura económica. El impacto sobre la compra de remedios o el eventual pago de tratamientos y los cuidados salen, en muchos casos, del bolsillo del trabajador sin que los reconozca la ART.