Carta de Laura Gómez de la escuela Santo Tomás de Aquino 

 

A los 5 años ya sabía que quería ser seño, especialmente de los más chiquitos, seño de jardín. Creo que desde esa edad comencé a prepararme porque ponía a mis muñecas e incluso a mí gato como alumnitos. 

Hace 30 años que lo logré y cada día trato de buscar lo mejor para compartir con los niños que tengo. Poniendo el cuerpo y todo lo que ellos merecen. Enriqueciéndome de lo que ellos brindan.

Yo no tengo que cruzar el río para ir a trabajar, pero muchas veces me pareció cruzar un océano al tener que llegar a la escuela. Haciendo malabares para que a mí hijo no le falte lo básico, acompañando a mis padres en sus enfermedades. Haciéndome cargo de mí hermana y de muchas cosas más.
 

Duele mucho escuchar cuando dicen "estos vagos no quieren trabajar". Si supieran todo lo que hacemos en casa, el tiempo que nos lleva. Si supieran las veces que de nuestro bolsillo sale para pagar cosas que necesitan los niños. Si supieran las veces que estamos con una sonrisa pero por dentro estamos destrozadas. Pero esto no es para tapa de diario, no vende... 
 

A todas esas seños/profes que aman lo que hacen muy feliz día de los jardines. ¡A seguir apasionándonos y disfrutando junto con los niños!