Los anuncios realizados anoche por el presidente de la Nación avasallan indiscutibles derechos laborales y nos obligan a defenderlos. Sin violencia pero con la convicción de que el sistema previsional es el resguardo a la vejez de cada trabajador y las obras sociales solidarias son la garantía de atención de la salud de cada familia.
Compartimos el pensamiento de Martín Lucero, que es a la vez una guía para trabajar en cada uno de los espacios de trabajo.
Milei fue electo presidente; no emperador
Rechazamos el Decreto de Necesidad y Urgencia porque elimina derechos laborales básicos como contar con un salario digno, a no ser despedido injustamente, a acceder a la salud, al ejercicio del derecho del huelga, a tener una pyme o a reclamar en las calles.
Este DNU presentado por el presidente Javier Milei nos parece de una gravedad institucional terrible porque todas las modificaciones que en él se incluyen (como la derogación o la reforma de leyes por decreto), deben ser tratadas y aprobadas por el Congreso de la Nación. Los legisladores tienen mandato para eso.
Desde Sadop queremos remarcar que en los textos, NO hay una sola mención vinculada al sistema educativo, excepto cuando convierten a la educación en un servicio esencial. De esta manera sólo pretenden que el maestro no haga paro; vamos a objetar esta situación, no sólo en las calles, sino también en los tribunales, porque va en contra de todas las resoluciones de la OIT.
El presidente Milei no fue elegido como emperador, fue elegido como presidente y tiene que respetar los principios más básicos de la estructura republicana, de la constitución nacional y del sistema democrático de gobierno y aparece acá un claro avance del gobierno sobre derechos laborales vigentes durante décadas. Nos parece terrible que un trabajador pueda ser despedido arbitrariamente y sin protección como dice la Constitución, que el trabajo en negro sea a partir de ahora una cuestión totalmente legítima y que se reduzcan las licencias por embarazo.
Este decreto, pone al gobierno de espaldas a la ciudadanía que lo votó y lo posiciona ante una falta de respeto a las instituciones democráticas y en los cacerolazos posteriores al anuncio quedó claro que la gente no comete errores ni firma cheques en blanco a sus gobernantes ni tolera mas decepciones.
Una cosa es hacer una reforma del Estado y otra cosa es destruir el Estado para que nadie pueda garantizar los derechos de los ciudadanos. Si alguien se beneficia con todo esto es la casta privilegiada de los que tienen plata. El ajuste siempre lo pagan quienes trabajan.
Se avecinan tiempos en los que debemos estar unidos para defender derechos; sabemos cómo construir en colectivo.